Se trata de un trabajo muy delicado, una colección que presenta a una novia clásica y romántica a la par que sugerente y a una invitada decididamente sexy, tejidos vaporosos como la seda salvaje, la musselina, o las tafetas, que en algunos casos recuerdan al exotismo del colonialismo de los años 50, transparencias y encajes franceses y plisados, que por momentos nos traen aires infantiles de muñeca de porcelana. Tonos pasteles, mint, rojos y negros para las invitadas, y los tocados de Laura del Vas.
Y ahora las fotos: