El apóstol Pablo indicó que "los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos" (Efesios 5:28, 29). Así que ser "una sola carne" significa, entre otras cosas, que a usted debe preocuparle el bienestar de su cónyuge tanto como el suyo propio. Las personas casadas tienen que cambiar de una forma de pensar individualista a otra en pareja: del "yo" al "nosotros".
Cierta consejera escribió: "Ambas partes tienen que dejar de pensar y sentir como solteros, y comenzar a hacerlo como casados".
¿Piensan y sienten usted y su cónyuge como casados, o como solteros? Es posible permanecer juntos durante muchos años sin llegar a ser "una sola carne" en este sentido.
Aunque efectivamente esto puede ocurrir, el libro Giving Time a Chance (Dele tiempo al tiempo) dice: "El matrimonio implica compartir la vida, y cuanto más compartan dos personas, mejores cimientos ponen para una buena relación".
Algunas parejas infelices siguen juntas por los hijos o por seguridad económica. Otras aguantan porque tienen fuertes objeciones morales al divorcio o porque temen lo que otros piensen si rompen su relación.
Aunque es muy loable que estos matrimonios perduren, recuerde que su objetivo debería ser gozar de una relación con amor, y no sencillamente duradera.