EN EL AYUNTAMIENTO.
Carlos de Inglaterra y Camila se convierten por fin en marido y mujer.
El prĂncipe Carlos de Inglaterra y el amor de su vida, Camilla Parker-Bowles, han contraĂdo matrimonio esta tarde en el Ayuntamiento de Windsor, tras más de tres dĂ©cadas de amor secreto.
El heredero británico, Carlos de Inglaterra, ha convertido por fin a Camila en su esposa y, por tanto, en duquesa de Cornualles. Lo ha hecho en una ceremonia civil que no ha llegado ni a los 20 minutos y a la que han asistido unos 30 invitados, entre los que no estaban los padres del novio. Los hermanos de Carlos, la princesa Ana y los prĂncipes AndrĂ©s y Eduardo, asĂ como los familiares más cercanos de Camilla tambiĂ©n han acudido al enlace.
La llegada más aplaudida por el pĂşblico ha sido la de los hijos de Carlos, los prĂncipes Guillermo, de 22 años, y Enrique, de 20, ambos vestidos con elegantes chaquĂ©s al igual que el resto de los asistentes al enlace.
Dos horas antes del enlace, Camila ha abandonado Clarence House, en Londres, para dirigirse a Windsor. Su prometido durmiĂł en Highgrove, su residencia campestre en el oeste de Inglaterra, junto a sus dos hijos, cumpliendo asĂ la tradiciĂłn de no dormir juntos la noche previa al enlace.
Los escasos 30 invitados que podĂan entrar en el Consistorio llegaron en autobĂşs un cuarto de hora antes del comienzo de la boda. Pocos minutos despuĂ©s, lo hizo la pareja, en un antiguo Rolls-Royce que perteneciĂł a la reina madre y que ha partido del castillo, donde ambos se han vestido para el enlace.
El secreto del traje de ella se ha desvelado con un vestido por debajo de la rodilla en blanco roto, un abrigo a juego, zapatos de tacón bajo y una pamela bastante vistosa en el mismo tono. Él, como sus dos hijos, luce un frac de color negro y gris, con chaleco en este mismo tono, sin ningún tipo de condecoración. La modista elegida para el traje de la novia ha sido Anna Valentine y los zapatos los ha diseñado Linda Bennett.
CASTILLO DE WINDSOR.
Tras el ‘sĂ quiero’ en el Ayuntamiento, los reciĂ©n casados regresaron al castillo. AllĂ recibieron la bendiciĂłn del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, lĂder de la Iglesia Anglicana, cuya cabeza es Isabel II y en su dĂa será su hijo, Carlos de Inglaterra. Precisamente, este puesto ha hecho que algunos miembros del clero hayan rechazado pĂşblicamente el enlace.
Frente a la reina Isabel II, el duque de Edimburgo y unos 700 invitados, entre ellos familiares, amigos y miembros del mundo polĂtico británico, la pareja recibiĂł la bendiciĂłn despuĂ©s de reconocer sus pecados, pedir perdĂłn a Dios y jurarse fidelidad.
El primado de la Iglesia de Inglaterra rezĂł para que Carlos y Camilla sean fuertes en el amor, que Dios los defienda en todo momento y los guĂe en el camino de la verdad y la paz.
Los novios han leido un pasaje del ‘Libro de la OraciĂłn ComĂşn’ de 1662, en signo de lealtad a la Iglesia Anglicana, que afirma: “Seriamente nos arrepentimos y, de todo corazĂłn, pedimos perdĂłn por nuestros pecados. Su recuerdo nos aflige, su carga es intolerable”.
Camilla eligió para esta ocasión un vestido largo azul plateado en seda con bordados dorados, de estilo algo medieval, que acompañó con un tocado de plumas y un ramo de lilas.
La ceremonia, prácticamente nupcial, estuvo acompañada por música de cámara a cargo de la Orquesta Filarmónica y el Coro de la Capilla, integrado por más de 20 niños del colegio de San Jorge, situado en terrenos del castillo.
La contralto rusa Ekaterina Semenchuck cantĂł la versiĂłn del Credo de la liturgia ortodoxa rusa de Aleksandr Gretchaninov (1864-1956), mientras se escuchĂł la cantanta “Nun komm, der Heiden Heiland” de Johann Sebastian Bach (1685-1750).
Rowan Williams tambiĂ©n bendijo los anillos de la pareja, fabricados con oro del PaĂs de Gales.
El primer ministro británico, Tony Blair, y el lĂder de la oposiciĂłn, el conservador Michael Howard, fueron algunos de los invitados a la ceremonia, a la que tambiĂ©n asistieron famosos como el cantante Phil Collins o el actor Rowan Atkinson, el popular ‘Mr. Bean’.
La capilla de San Jorge, construida en 1475, estuvo más imponente que nunca por el vistoso colorido de pamelas y plumas de las invitadas. Adornada con flores de campo y banderas con escudos de armas, la capilla donde están enterrados 10 monarcas británicos, entre ellos el padre de Isabel II, el rey Jorge VI, fue testigo de un nuevo acontecimiento histórico en el Reino Unido.
TERMINO DE LA CEREMONIA.
Al tĂ©rmino de la ceremonia, Carlos y Camilla salieron sonrientes ante una multitud que, con banderas británicas, les saludĂł al pie de las escalinatas de esta capilla medieval. Los asistentes pertenecen a distintas organizaciones benĂ©ficas para las que trabajan el prĂncipe de Gales y la ahora duquesa de Cornualles. DespuĂ©s de estos saludos, la pareja acudiĂł a las salas de Estado del castillo para participar en la recepciĂłn que ofreciĂł la soberana británica para todos los invitados.
AllĂ, los novios y sus invitados han disfrutado de las veinte tartas que ha preparado Etta Richardson, una abuela de Gales, por encargo del palacio de Buckingham.
Los británicos no han recibido con los brazos abiertos el que Camila se convierta definitivamente en la sustituta de Diana. Sin embargo, el portavoz del prĂncipe, Paddy Harverson, asegurĂł en una entrevista previa a la boda que los británicos tendrán más oportunidades de conocer y apreciar a Camila una vez se convierta en duquesa de Cornualles por su matrimonio con Carlos de Inglaterra.
El secretario del heredero de la Corona británica augurĂł que el apoyo hacia la futura esposa de Carlos crecerá “en los prĂłximos meses y años, en cuanto la gente comience a conocer a la señora Parker Bowles y sus maravillosas cualidades; es una mujer con los pies en el suelo, cálida y amable”. SegĂşn Haverson, no tiene previsto “lanzar una gran campaña de relaciones pĂşblicas” a favor de Camila, pues “no serĂa apropiado”.
