Los anillos o alianzas
Los anillos y alianzas de boda tienen su origen en tradiciones paganas romanas que hacÃan referencia a la fidelidad.
En la celebración del sacramento, hay un anillo para ella y otro para él. Sólidos y puros como el oro, perfectos como el cÃrculo, hacen visibles la fuerza y la fidelidad de un amor que quiere comprometerse en una alianza sin retorno. Vuestros anillos serán para vosotros, y a los ojos de todos, el signo de vuestra fidelidad.Â
La bendición de los anillos es una oración dirigida a Dios que se acompaña del gesto de la entrega para darle gracias a Dios y pedirle que cuide la vida y la fidelidad de los que lo llevan.
Los anillos y las joyas son sÃmbolo de belleza y elegancia. Con motivo del noviazgo, algunos tienen la satisfacción de ofrecer una sortija preciosa a su prometido/a para mostrarle el amor que sienten por él o por ella.
En las ceremonias cuando los novios intercambian los anillos de matrimonio es el momento de mayor relevancia, y esto es asà en muy diferentes religiones y culturas.
Los anillos de matrimonio son comprados generalmente por los padrinos de boda. Hoy en dÃa la variedad que podemos encontrar en anillos de matrimonio es amplÃsima… desde las clásicas alianzas de oro, anillos de plata, con piedras preciosas, de platino, mezcla de metales preciosos, grabados o hasta diseñados a medida. La elección depende de ti… y por supuesto de tu bolsillo.
Las arras
Las arras son un total de trece monedas auténticas, de las cuales doce serán de oro o de plata y la número trece de metal. Estas simbolizan los bienes materiales que llegarán y se compartirán a lo largo del matrimonio.Las arras suelen ser compradas por los padrinos de arras, y en la ceremonia son llevadas por los niños de arras. Se pueden comprar en las joyerÃas, y como manda la tradicción las arras deberán ser monedas originales aunque también las venden o regalan de imitación.
Si existe la costumbre, se puede realizar el gesto de la entrega de las arras que los esposos se intercambian. Las arras son el sÃmbolo de los bienes que van a compartir. Al finalizar este gesto la asamblea puede unirse a los nuevos esposos con una aclamación o un canto de alabanza. Este es también el momento más adecuado para que el esposo descubra finalmente el rostro de la esposa levantándole el velo. El sacerdote o el diácono pide a Dios que bendiga los anillos y las arras, en la tradición católica.
