Esta tradición nace en la antigua Roma. Los romanos rompÃan un pan por encima de la cabeza de la novia como sÃmbolo de fertilidad. Los invitados recogÃan las migas y se las comÃan. Esta costumbre fue conservándose hasta principios del siglo XVII que, en Inglaterra se ideó que se hicieran muchas pequeñas tartas que luego se apilaban. No era un pastel dulce como los actuales, sino que era una torta plana, hecha de harina, sal y agua.
En Inglaterra las primeras tortas también eran planas y redondas, pero incorporaban frutas y nueces, que simbolizaban la fertilidad. La pareja debÃa besarse sobre la pila de tartas. La tarta casi siempre se desmoronaba, por lo que hacia mediados del siglo XVII, se cambió la idea de las múltiples tartas por la de un pastel gigante.
En Yorkshire se arrojaba por la ventana un plato con torta. Si el plato se quebraba la novia gozarÃa de un futuro feliz con su esposo, pero si permanecÃa intacto, el futuro serÃa sombrÃo.
Otra antigua costumbre inglesa, que se ha expandido, era poner un anillo en el pastel de novios. El invitado que lo encontrara en su porción se aseguraba de felicidad para el año siguiente. La parte de arriba del pastel suele guardarse para el bautismo del primer hijo.
Los pasteles fueron parte de los matrimonios a través de la historia y representan la fertilidad del trigo y la buena suerte para la pareja. A la hora de servirlos, la buena suerte se extiende a todos los invitados. Esta idea ha llegado hasta nuestros dÃas, en que los pasteles tienen varios pisos.
El pastel nupcial suele entrar al salón al ritmo de la marcha nupcial. A continuación los novios cogen juntos un cuchillo y le hacen un corte simbólico.
La marcha nupcial acompaña el pastel de boda
Es la música que abre y cierra la ceremonia religiosa. Es una tradición que viene de la boda de la princesa Victoria de Inglaterra con el prÃncipe Federico Guillermo de Prusia. La princesa Victoria eligió ella misma las dos marchas: La Marcha Nupcial de Mendelssohn para su entrada a la iglesia y la ópera Lohengrin de Wagner para la salida de la iglesia ya de la mano de su esposo. La marcha nupcial acompaña el pastel de boda cuando entra al salón.
