Un buffet no es más que un servicio informal en el que los asistentes no disponen de un sitio fijo en la mesa. Los alimentos se encuentran en una mesa, y es el propio invitado quien debe servirse. Una de las ventajas de este tipo de eventos, es que permite al invitado moverse con libertad y sentarse donde desee.
Únicamente en casos muy concretos, con determinados platos, puede contarse con la ayuda de un camarero. Este camarero a su vez será el responsable de retirar las bandejas vacías reponiéndolas en caso necesario.
Es conveniente improvisar espacios amplios para que los invitados puedan moverse cómodamente mientras lleva la bebida o el plato en la mano. Se tendrá en cuenta que haya suficientes ceniceros y posavasos distribuidos por toda la sala
Es importante tener en cuenta el que haya una mesa vacía reservada para que los invitados depositen ahí al terminar sus platos, copas o vasos, que puede ubicarse en cualquier rincón que no moleste.
En la mesa, además de los diferentes alimentos, deberán encontrarse platos, cubiertos, servilletas y un servicio de pan. Los platos podrán encontrarse apilados, pero no hasta una altura excesiva.
En función del tipo y tamaño de una mesa puede colocarse centrada, mesas redondas, o en un extremo, mesas muy alargadas. En muchas ocasiones los asistentes comerán de pie junto a la mesa, por lo que lo ideal es que baste un tenedor para poder comer. En este sentido el buffet frio, buffet froid, resulta lo más práctico.
Puede prepararse con antelación y no hay que preocuparse por mantener caliente la comida. Si fuera necesario en la mesa deberá instalarse un pequeño infiernillo.
Las bebidas suelen situarse en una mesa aparte, atendida por camareros en caso de tratarse de hoteles o restaurantes.
