La ley que regula el matrimonio en España recoge también la posibilidad de que dos españoles se casen en el extranjero “con arreglo a la forma establecida por la ley del lugar de celebración”.
Esto implica que, a su vuelta a España, ese matrimonio debe ser legalizado para que tenga validez en el país porque, a pesar de que la mayoría de los países del mundo exigen unos requisitos similares para casarse, también hay algunas peculiaridades que distinguen a unos enlaces de otros.
