El orden o casta de los brahmanes es, en efecto, capital para la sociedad y la religión propia de la India.Ā
El sistema brahmÔnico ha impuesto en la cultura hindú normas opresivas sobre pureza y contaminación, y ha dominado y domina extensas Ôreas geogrÔficas y estratos sociales.
Lo ha logrado, sin aliarse con el poder temporal y sin imponer creencias únicas, mediante la regulación de las relaciones entre castas, y haciéndose indispensable para los ritos y leyes de la vida social.
Profundamente vinculado a la idiosincrasia de la India, el Hinduismo ha dado pruebas de gran vitalidad, y de una capacidad poco comĆŗn para incorporar nuevos elementos e influencias y desarrollarlos segĆŗn el propio genio cultural-religioso.
Muchos han visto y ven el Hinduismo como la esencia profunda de la India: “el dharma de la India”, en palabras de Gandhi [Citado R. C. Zaehner, Hinduism, Oxford 1962,183]. Otro indólogo escribe: “Sin Hinduismo la India no tendrĆa futuro.”Ā
El Hinduismo es el suelo en el que han prendido las raĆces de la India, y separada de ese suelo se marchitarĆa inevitablemente, como un Ć”rbol arrancado de su lugar natural… Eliminad el Hinduismo, que ha sido la cuna de la India, y Ć©sta encontrarĆa su tumba en este mismo hechoĀ» [Texto de A. Besant, citado por R. C. Zaehner, Hinduism, Oxford,1962, 185].
