Karma-Samsara

Tabla de contenido

El Hinduismo conserva, a pesar de todo, determinadas constantes, como son las castas mismas; las técnicas del Yoga, que suministran una descripción detallada de las medidas prácticas que debe usar el individuo para alcanzar la liberación del mundo del sufrimiento; y la concepción del Karma-Samsara.

En la combinación de las ideas del Karma (ley inexorable de causa y efecto que gobierna todos los hechos y acciones que ocurren en el universo) y del Samsara (ciclo de las reencarnaciones), toda alteración o anomía concebibles se integran en una interpretación omniabarcante y racional del mundo. Nada queda al margen.

Toda acción humana es un resultado necesario de anteriores acciones humanas. La vida del individuo es un eslabón dentro de una cadena que se extiende indefinidamente entre pasado y futuro.

La concepción del Karma-Samsara sacraliza y por tanto legitima la realidad tal como es, así como las situaciones de todos los estratos y castas sociales, que mantienen una relación inmutable con el dharma eterno. Constituye «el sistema religioso más conservador que ha conocido jamás la historia» [P. Berger, Para una teoría sociológica de la religión, Barcelona 1971, 101].

Estas severas ideas se han modificado un tanto en el Hinduismo popular, que las ha mitigado mediante prácticas mágicas, ejercicios devotos y místicos, intercesión ante algunas divinidades para alterar los inexorables procesos del Karma-Samsara, etc.

Son expresiones sencillas que quieren alejarse de la fría racionalidad que impregna las doctrinas centrales del sistema religioso hinduista.

dioses

Ir arriba