La oficina en casa y el Feng Shui

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Tener una oficina en el propio hogar ya no es más una condición exclusiva de los hogares más pudientes, y de hecho caso el 30% de las casas urbanas las posee. Si querés saber cómo comenzar a instalarla, seguí estos consejos.

Todos necesitamos un espacio para trabajar, aunque a fin de cuentas no sea más que un lugar para escribir o revisar las cuentas de nuestra casa. Por supuesto, hablar de una oficina en el propio hogar suena algo demasiado importante, frívolo, e incluso costoso. Sin embargo, debés saber que es posible crear una oficina dentro de algún pequeño cuarto de juegos, dormitorio, o incluso un sótano.

Según algunas estadísticas, más del 30% de los hogares urbanos tienen una oficina en su interior. Estos estudios también demostraron que estas oficinas se usan más para negocios personales que para el trabajo en general.

Esto es bastante lógico… ¿No te gustaría un lugar especial para evaluar las cuentas personales, donde encuentres siempre un bolígrafo a mano, y no pierda ni estropees ningún documento importante? De hecho… ¿Cuántos papeles perdiste por no tener un buen lugar para guardarlo?

Una oficina hogareña es en general eso, un espacio donde podemos hacer el “trabajo” hogar (aunque también pueden ser muy útiles para quienes realicen teletrabajo). Con una de estas oficinas, trabajarás más rápidamente y será más eficiente, que realizando el trabajo en un lugar no apropiado, donde toda la familia tiene continuo acceso.

La oficina por dentro

El espacio, especialmente si es pequeño, debe ser sencillo y organizado. El objeto más importante que se pondrá allí será el escritorio.

Antes de dirigirse a un negocio tradicional a comprarlo, buscá precios en los clasificados del periódico, en subastas o tiendas de antigüedad, o en el sitio mercado libre donde podrás conseguir mejores precios. También, es muy fácil hacer un escritorio con una puerta en desuso y algunos “caballitos” o gabinetes, también en desuso. Busca retazos de alfombra en casas de telas, las cuales podrán hacer un cálido piso por un bajo costo. En fin, usá tu creatividad si querés ahorrar unos pesos. El único artículo de oficina que seguramente deberás comprar si excepción, es una buena silla de escritorio con ruedas.

Seguramente comenzarás a descubrir muchos objetos que ya tenés, que pueden ser muy útiles para tu oficina hogareña. Sólo recordá que el punto principal será lograr un espacio que sientas cómodo, propio, y se pueda amoldar a tus particulares necesidades.

Encontrando el lugar

En primer lugar, deberás hacer una exploración de tu hogar y tu contenido, para poder encontrar algún pequeño lugar que te permita poder crear un espacio de trabajo.

Pero pensá también en el largo plazo. ¿Qué te gustaría hacer en esa oficina dentro de cinco años? ¿Podrás llevar tus negocios dentro del hogar? ¿Podrán utilizarlo tus hijos para sus estudios? Pensar esto ahora podrá ahorrarte dinero en el futuro, ya que no tendrá que hacer grandes refacciones a la oficina.

Una vez pensado esto, ahora sí, realizá una “exploración” alrededor de tu casa. Comenzá con las áreas más probables, como un dormitorio, el garaje, o la cocina. Luego, dirijite a lugares más excepcionales, como el sótano, la terraza, un vestíbulo anterior.

¿Existe alguna posibilidad que todavía no hayas pensado? ¿El sótano es, aunque sin terminar, un lugar con menos humedad y más seco de lo que pensaba? ¿Podría la adición de un par de divisores de oficina (los cuales se pueden conseguir en cualquier hipermercado a precios muy económicos) hacer de una esquina una pequeña oficina? ¿Existe un armario en tu habitación de huéspedes que se podría convertir en un pequeño espacio del trabajo, quitándole las puertas? Caminá por tu casa con una mente muy abierta, tratando de verla como si nunca la hubieras visto antes.

Una vez que tengas un par de potenciales espacios en mente para instalar tu oficina. ¿Existen tomas de teléfono y salidas eléctricas? ¿Hay allí luz natural o necesitarás indefectiblemente una lámpara de escritorio? ¡Si el espacio tiene todas estos ítems (luz natural, tomas eléctricas y de teléfono, etc.), o es posible instalar las mismas fácilmente, podrás comenzar la parte más divertida!

Sacá el mejor partido de tu espacio y poné objetos que ya poseas. Por ejemplo, una columna para guardar discos compactos podría guardar también disquetes 3,5, una estantería para libros puede transformarse en un archivo de facturas, simplemente incorporándole algunas cajas portátiles de archivo.

Si le ponés además una cortinita de tela al frente de la misma, te asegurarás de que nadie entre en sus papeles, cuando la habitación se utilice para hacer deberes escolares, como área de juego, o habitación para huéspedes. Considerá también incluir paneles de corcho para tener un área fácil donde colgar carteles.

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