Libros Sagrados: Libros Confucionistas

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El prestigio de Confucio se basa en la de compilador. Confucio ha sido venerado durante siglos a causa de algunos textos que no son suyos sino documentos antiguos recogidos en antologías, como los Clásicos, o máximas y diálogos transcritos por sus discípulos después de su muerte, como los Cuatro Libros.

Los “Clásicos” (una colección de cinco libros) nos dan a conocer las antiguas tradiciones que Confucio recogió e hizo suyas. Sólo el “Chuen tsieu” (las primaveras y los otoños), el último de los cinco libros clásicos, fue redactado, en parte, por Confucio. Se presenta como una simple crónica del principado de la dinastía Lu (ss.VII-V a. JC). Confucio presenta los hechos de manera que se pueda extraer de ellos una enseñanza moral o política de validez universal.

Los Clásicos poseen en China una autoridad indiscutida. Servían de enseñanza en las escuelas y se usaban como libros de moral para todos los chinos. Contienen la tradición de la vieja civilización china, y las biografías de los hombres-sabios de la antigüedad. Algunos sostienen, que incluso son una especie de revelación, una revelación de los sabios y no de la divinidad.

Es un retrato del sabio, del hombre superior que alcanza el equilibrio de las pasiones sometiéndose a la naturaleza y contribuye así a la armonía del universo.

A los Cuatro Libros se agrega, finalmente, el “Libro de la piedad filial” (Hico king), breve diálogo entre Confucio y su discípulo Tseng-tsan, que es muy conocido y valorado por los mismos confucionistas.

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