La coronación
Como lazo, utilizan dos coronas atadas con un listón para unir las dos almas y demostrar que la pareja está preparada para establecer su propio reino como cabezas de una nueva familia.
El sacerdote toma las coronas y bendice a la novia y a al novio en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, colocándose detrás de los novios, intercambia las coronas 3 veces, como testigo del sello de esta unión.
La copa de vino de la cual toman los novios, simboliza que a partir de ese momento compartirán todo en la vida: alegría así como tristeza y que se apoyaran mutuamente.
Durante la ceremonia, estas coronas se colocan en el altar sobre una charola de plata, rodeadas de kufeta (almendras dulces) y arroz.
Los anillos
Durante esta primera parte se realiza el intercambio de anillos, luego de la bendición del sacerdote, este toma los anillos en su mano derecha haciendo la señal de la cruz sobre la cabeza de los novios, comprometiéndose ante Dios.
Los anillos son entonces colocados en la mano derecha de los novios, porque es la mano derecha de Dios la que bendice.
El koumbaro (padrino) intercambia los anillos 3 veces. Este intercambio significa que en la vida de casados la debilidad de uno será compensada por la fuerza del otro y la imperfección de uno con la perfección del otro.
Las manos de los novios son unidas por el sacerdote y así se mantendrán hasta el final del servicio, simbolizando la unión eterna de la pareja y la bendición de Cristo que los corona como Rey y Reina de su hogar.
