Fuerteventura te descubre un auténtico oasis sobre el Atlántico. Blanca y luminosa, la Isla extiende sus inmensas playas de arena dorada y brillante junto al azul turquesa de unas aguas transparentes que te harán sentir en el paraíso. Disfrutarás del sol y del mar en lugares de ensueño, donde podrás perderte y olvidarte del tiempo.
Conocida como la Isla tranquila, Fuerteventura, la segunda en extensión del Archipiélago, te ofrece paisajes muy singulares, como la mítica Montaña Tindaya, a quienes los aborígenes atribuían propiedades mágicas y que hoy conserva importantes vestigios de aquellos pobladores; o sus llanuras onduladas, salpicadas por centenarios molinos de gofio, la harina de cereales tostados que todavía en estos días es ingrediente esencial de exquisitos platos isleños.
Pequeños pueblos costeros llenos de sabor y tradición te mostrarán su arquitectura más típica junto a iglesias, ermitas, castillos y una red de museos que te acompañarán en un interesante paseo por la historia de esta isla llena de tesoros y amante de la artesanía: calados, cestería, madera, barro.
La Isla de Fuerteventura, con 13 espacios naturales protegidos, realza su exotismo con palmeras y tarajales y la apreciada aloe vera, con la que se elaboran productos cosméticos artesanales de innumerables beneficios para la piel.
Camina por senderos entre exóticos conos volcánicos, sumérgete sobre fondos marinos de indescriptible belleza o mídete con el viento y las olas practicando windsurf, un deporte que encuentra aquí las mejores condiciones para celebrar cada año el Campeonato del Mundo.
En Fuerteventura podrás elegir entre pintorescos alojamientos rurales y los mejores hoteles de costa, dotados de todos los servicios, en animados núcleos turísticos donde encontrarás divertidos parques temáticos para toda la familia, muy cerca de exclusivos campos de golf.
La isla de Fuerteventura, con 1.658 Km2 de extensión, es la más llana del archipiélago canario. Forma parte de una alineación de más de 200 Km. que comienza en el islote de Alegranza, al norte de Lanzarote, y que se prolonga hasta cerca de 20 Km. al sur de punta de Jandía, constituyendo así la plataforma continental de mayor extensión de las Canarias.
Es una isla con extensas planicies, prácticamente únicas en el archipiélago, siendo su eje central una llanura alargada, al revés de lo que ocurre en el resto de las islas, en las que las mayores alturas se suelen encontrar en dicho eje. El relieve de la isla de Fuerteventura corresponde a un estadio de madurez avanzada y aunque ha sufrido numerosas erupciones a lo largo de su historia geológica, éstas no han sido suficientes para compensar el proceso erosivo y rejuvenecer el terreno apreciablemente.
La isla está dividida en seis municipios: Antigua, Betancuria, La Oliva, Pájara, Puerto del Rosario, Tuineje. La capital es Puerto del Rosario (antiguo Puerto de Cabras). El islote de Lobos, con 5 Km2 está incorporado al municipio de La Oliva.
Espacios protegidos. Una isla de espacios naturales A lo largo de la isla de Fuerteventura el visitante puede admirar bellos y únicos espacios naturales, como las dunas de Corralejo con kilómetros de dunas de arena, la Montaña de Tindaya uno de los puntos más característicos de la geomorfología majorera, sin olvidar los impresionantes paisajes entre los que destaca el arco de Cofete de Jandía.
Dunas de Corralejo y Lobos En la parte Norte de la isla, comprendiendo un amplio campo de dunas, un sector de Malpaís y un cono volcánico (Montaña Roja), se encuentra el Parque Natural de Corralejo y la Isla de Lobos.
Malpaís de la Arena Hace unos 10.000 años aproximadamente, tuvo lugar una de las últimas manifestaciones volcánicas en la isla dando origen a un monumento de gran belleza y forma que, tras los años, no ha sido alterado de forma considerable por la mano humana. Tal vez sea éste el hecho de que entre su malpaís habiten las mejores poblaciones de tarabillas (Saxícola dacotiae)entre tabaibas (Euphorbia obtusifolia), aulagas (Launaea arborescens), verodes (Kleinia neriifolio) y líquenes.
Montaña de Tindaya Originada a partir del complejo basal del macizo Betancuria, la montaña de Tindaya conserva en su cima grabados podomorfos realizados por los aborígenes, probablemente con significados religiosos.. La Montaña de Tindaya es uno de los puntos más característicos de la geomorfología majorera. Visible desde casi cualquier punto del norte de Fuerteventura, la Montaña de Tindaya se levanta erguida y orgullosa sobre unas llanuras que conducen al Atlántico.
Gastronomía Una cocina natural y ecológica. En el árido paisaje de Fuerteventura, en el que la lluvia es un regalo que el cielo dispensa muy de vez en cuando, todo cultivo es un milagro. En esencia Fuerteventura sabe a sal y a pastoreo, a pescado y a cabra, a los productos del mar y del ganado.
Nuestra gastronomía nace del ingenio de generaciones de majoreros, de los que ya habitaban la isla y de los que han ido llegando, a las limitadas posibilidades de esta tierra. De ahí nació un recetario extremadamente sencillo pero sabroso. Una cocina hecha con dos fuentes principales; la cabra y el pescado.
De la mar son las viejas, el cherne, las morenas, cabrillas, samas, meros y salmonetes. Es el origen de las jareas y de moluscos como los mejillones, los burgados o las lapas que llenan nuestros platos.
Pero si hay un producto cuya exquisitez ha saltado nuestras fronteras alcanzando el reconocimiento internacional es el queso. Su calidad está garantizada por la Denominación de Origen desde 1996.
¡Fuerteventura… ven a la isla tranquila!
Fuente: fuerteventuraturismo.com
