El Parque Nacional Isla de Pascua, conocido también como Rapa Nui o Te Pito o Te Henua, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, debe su fama mundial a sus moais, milenarias esculturas ceremoniales de piedra volcánica con forma humana que, junto a 300 ahu (plataformas ceremoniales) son vestigios de una cultura con misterios aún por descifrar y cuyos antecedentes son conservados en el museo y biblioteca local.
El Archipiélago Juan Fernández, conocido por su misteriosa Isla Robinson Crusoe -en la cual vivió en completa soledad Alexander Selkirk (1704 a 1708), quien inspiró la novela escrita por Daniel Defoe- posee un ecosistema único en el planeta con más de 100 especies vegetales endémicas y animales como el lobo de dos pelos y el picaflor rojo. Sus terrenos, no explotados por el hombre, permiten acceder a verdaderas maravillas naturales, lo que ha motivado su declaración como Parque Nacional y Reserva Mundial de la Biosfera, categorías que aseguran su conservación.
Tanto Isla de Pascua como Robinson Crusoe poseen un clima cálido y agradable todo el año, con una costa de condiciones incomparables para la práctica del buceo, por la claridad y temperatura de sus aguas. Instructores y equipos de buceo facilitan el acceso a la sorprendente flora y fauna submarina y a la pesca deportiva, en cuya práctica invitan a capturar una langosta en alta mar.
RAPA NUI – ISLA DE PASCUA
Situada en medio del Pacífico, frente a Caldera, a 3.700 km. del continente y a 5 hrs. de vuelo desde Santiago, la isla se levanta sobre una gran plataforma submarina que surgió por la sucesiva emergencia de tres volcanes. La localización estratégica de la isla la convierte en el principal punto de conexión con los países del Pacífico Oriente. Su posición le permite, al mismo tiempo, ser un importante centro para investigaciones climáticas, oceánicas y aeroespaciales.
Mito y realidad se confunden en Rapa Nui, isla de forma triangular de 180 km.2. de superficie. Es un recurso arqueológico de importancia mundial por el misterio en torno a sus gigantescas esculturas en piedra, los moais.
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, esta isla es un importante hito dentro de los circuitos turísticos de Chile. Sus vestigios arqueológicos la convierten en una visita extraordinaria. Por su condición de ser el punto geográfico más apartado de la Tierra, sus habitantes le llaman Te Pito o Te Henua, “el Ombligo del Mundo”.
Los pascuenses son el único pueblo que desarrolló escritura en América, en “tablillas parlantes”, llamadas rongo rongo. Estas están talladas en madera de toromiro, árbol autóctono casi desaparecido. En la actualidad se intenta su recuperación.
Qué visitar.
Ahu Tahai
Tahai fue el centro religioso político más importante de la tribu Marama; hoy refleja su potencial económico, administrativo y religioso. Se encuentra ubicado a 20 minutos caminando por la línea costera hacia el norte. Es el lugar más indicado para disfrutar los hermosos atardeceres de Rapa Nui.
Está formado por tres altares: Ahu Vai Uri, con 5 moais; Ahu Tahai, con un moai, el de mayor antigüedad, ubicado en el centro; y Ahu Ko Te Riku, con un moai que presenta un pukao, el cual denota la jerarquía de la persona que se quiso honrar con esta escultura. Es el único moai que está habilitado con ojos de coral.
Caleta de Hanga Roa.
Fue construida entre los años 1966 y 1967, con paenga (piedras que se utilizan para la construcción de ahu), que se encontraba en el lugar llamado Mana Vai Haho. Es una caleta de pequeñas dimensiones donde se practican faenas de carga y descarga de indumentarias y actividades pesqueras; también se utiliza para el tráfico de pasajeros en embarcaciones menores desde barcos de turismo. Asimismo, se arriendan botes de pescadores para visitar sitios que rodean la isla.
Es posible realizar otras actividades como canotaje, regatas y buceo. Se encuentran allí algunos puestos de artesanía y restaurantes que ofrecen pescados característicos de Rapa Nui, como nanue y atún. En medio de la caleta existe una imagen en honor a San Pedro.
Playa de Anakena.
Es un lugar de esparcimiento y de baños de mar, caracterizado por sus aguas limpias, tibias y de color turquesa, por la luminosidad del ambiente y su fondo de arenas coralíferas. En esta playa desembarcaron los grupos expedicionarios del ariki Hotu Matu’a (primer rey de la isla). Fue centro habitacional y de organización política, social y cultural de los antiguos gobernantes y escuela de los Maori Rongo Rongo (maestros de la escritura antigua), extinguidos en la actualidad, por las diferentes incursiones de extranjeros y traslados como esclavos fuera de la isla, durante el Siglo XIX. Su cultura y sabiduría aún se conservan en el tiempo. En este sector se encuentran dos Ahu totalmente restaurados por la expedición Kon-Tiki, en 1954: el Ahu Ature Huki y el Ahu Nau-Nau.
Rano Kau y Orongo
El Ranu Kau es un volcán inactivo, ubicado en el extremo sur de la isla, cuya altura alcanza los 324 m. y cuyo diámetro es de 1,5 km. Su nombre proviene de las palabras rano = volcán, kau = amplio, extenso. En su interior existe una laguna con una profundidad de 250 m. y pequeñas islas de totora, abundante vegetación y microfauna.
Orongo es una antigua aldea ceremonial, que significa “El lugar del mensajero”. En este lugar se llevaba a cabo la ceremonia más importante de la isla, en la cual se festejaba el cambio de estación, anunciando la llegada de la primavera con la llegada de las aves migratorias o pájaros fragatas. En esta aldea se realizaba el culto al hombre pájaro o “Tangata Manu”, el que consistía en que un representante de cada familia competía por obtener un huevo del pájaro “Manutara”, el que anidaba en el islote “Motu Nui”. Cada participante debía nadar hasta la ínsula, buscar un huevo, devolverse a nado, subir los acantilados con el huevo intacto y, una vez arriba en Orongo, entregárselo al rey. Quien resultaba ganador de esta prueba, gozaba junto a su familia de un gran poder, el que duraba todo un año.
Rano Raraku
Es uno de los mayores y más valiosos sitios arqueológicos de la isla, pues en él se encuentra la cantera abierta donde se realizaba el tallado del moai. Aquí existen más de 300 monumentos en proceso de construcción, diseminados tanto en la ladera interior como exterior, en lo que se ha llamado ” El Camino de los Moai”.
Tiene una altura de 100 metros sobre el nivel del mar, en forma ovalada con un cráter en su cima y una laguna interior con una profundidad de aproximadamente más de 50 metros en su parte más honda. El volcán Rano Raraku está conformado por tobas volcánicas de color gris ocre.
ISLA ROBINSON CRUSOE
Ubicada a más de 600 km. del continente, frente a San Antonio, a 4 hrs. de viaje desde Santiago, considerando tramos por aire, tierra y mar. La Isla Robinson Crusoe nació de diversas explosiones volcánicas que dieron vida al Archipiélago Juan Fernández. La completa soledad en que vivió allí el marino Alexander Selkirk (1704 a 1708), inspiró al escritor Daniel Defoe a inmortalizar la experiencia en uno de los clásicos de la literatura mundial.
La isla es la única del archipiélago que tiene una población permanente, con alrededor de 500 personas concentradas en el poblado San Juan Bautista. La economía local se basa en la pesca de langosta, especie característica de fama mundial.
El sobrecogimiento que produce el apreciar su belleza natural motivó a las autoridades mundiales a declararla como Parque Nacional y Reserva Mundial de la Biosfera, categoría que asegura la conservación de su biodiversidad. Entre las especies de flora y fauna destacan la luma, el sándalo, el picaflor de Juan Fernández y el lobo de mar de dos pelos.
La práctica de deportes, como el buceo y caza submarina, son actividades ideales para explorar un lado más oculto de una magia natural no perceptible a primera vista. La isla cuenta con servicios de instrucción y equipos de buceo. La invitación es a sumergirse en sus aguas transparentes y cálidas, brindándose la oportunidad de conocer la riqueza de la flora y fauna submarina.
La pesca deportiva motiva no tan sólo por el interés que ofrecen las distintas especies de la isla ( atún, jurel, tollo, salmón de roca y langosta), sino también por la gran oportunidad que brindan los pescadores isleños, al facilitar que se les acompañe en sus faenas diarias, que incluyen la captura y preparación de una langosta en el mar.
Qué visitar.
Parque Nacional Juan Fernández
Declarado Parque Nacional y Reserva Mundial de la Biosfera, como legado para la Humanidad, pues en él se encuentra gran cantidad de especies endémicas de flora y fauna. Su clima es marítimo con alta humedad ambiental. El promedio anual de temperatura es de 15.4ºC y la precipitación media anual alcanza los 1.181 mm.
En sus aguas se practica la pesca y los deportes submarinos. Algunas especies que habitan son la langosta, vidriola, pez volador, modema, bacalao, salmón de roca y pampanitos. En relación con la flora, destacan especies propias del lugar, tales como la palma chonta, naranjillo, canelo y manzano de Juan Fernández. Otras son michay, murtilla, sándalo y algunas variedades de helechos. Entre la avifauna resalta el picaflor rojo y el rayadito.
Fuente: sernatur.cl
