Sol y Playa
Dos mares en una sola costa (el Mar Menor y el Mediterráneo), impresionantes acantilados, paradisíacas y solitarias playas de interminable y blanca arena, animados puertos y calas salvajes de aguas de espejo, más de 3.000 horas de sol al año y suaves temperaturas (incluso en invierno), con una media anual de más de 18ºC. Así es la Costa Cálida, el destino ideal para pasar unos inolvidables días de descanso sea invierno o verano.
Desde el pueblo pesquero de Águilas hasta las blancas dunas de la playa de El Mojón, en San Pedro del Pinatar, se extienden kilómetros y kilómetros de playas y calas solitarias que aguardan al bañista, al navegante, al pescador y al submarinista. Hay además encantadoras y pintorescas localidades pesqueras, como La Azohía o Cabo de Palos, donde perderse unos días; puertos como el de Mazarrón para pasar una divertida noche y disfrutar de una magnífica gastronomía tras un día de playa; paraísos naturales, únicos en el Mediterráneo, a la altura de las playas de Calblanque y Calnegre… y uno de los complejos turísticos más preciados del Mediterráneo: La Manga del Mar Menor, un paraíso entre los dos mares, de playas infinitas de fondos de arena y aguas cristalinas, dotado de una magnífica infraestructura hotelera.
Los amantes de los deportes náuticos encontrarán además uno de los mejores lugares del mundo para practicar vela, piragüismo, natación, esquí, motonáutica, flysurf, windsurf, catamarán, toda clase de actividades náuticas en los numerosos clubes, puertos y escuelas deportivas. La Estación Náutica del Mar Menor y los consorcios de Águilas y Mazarrón ofrecen la posibilidad de alquilar material, contratar cursos de vela y reservar alojamiento en unas condiciones muy ventajosas.
Ubicación
Un entorno privilegiado. Situada en el vértice suroriental de la Península Ibérica, entre la Comunidad Valenciana, Andalucía y Castilla-La Mancha, la Región de Murcia se extiende por un territorio de 11.317 km2 (el 2,2% de la superficie total de España), lindando al Norte con la provincia de Albacete; al Este con la provincia de Alicante; al Oeste con las provincias de Granada, Albacete y Almería y al Sur-Sureste con el Mar Mediterráneo.
Si tenemos en cuenta su superficie, la Región de Murcia ocupa el noveno lugar entre las Comunidades Autónomas del territorio español.
La Región de Murcia se ubica en pleno centro del Arco Mediterráneo peninsular, entre los 38º 45′ y 37º 23′ de latitud Norte y 1º 20′ y 3º 03′ de longitud. Este tomando como referencia el meridiano de Madrid.
Gastronomía en la Región de Murcia
Excelentes vegetales de la huerta, buena oferta de carnes y los preciados tesoros del mar, asimilando productos que dejaron los pueblos que durante siglos aquí se instalaron. Los romanos nos mostraron la forma de hacer conservas y salazones de pescado, los árabes, entre otros mil productos, nos aportaron el arroz, su cultivo y su forma de cocinarlo, y las especias, condimentos y plantas aromáticas.
Fuera de las fértiles vegas, se daban el trigo, el olivo y la vid, que es tanto como decir pan, aceite y vino: las tres columnas principales de la dieta mediterránea.
En la costa, decir, por ejemplo, caldero es invocar arroz, pescado (mújol, rape, mero), cocinados en perola de hierro, presencia de pimiento de bola y ali-oli. Hay que contar con los pescados hechos a la sal, en el horno. Huevas de mújol, mojama de atún, langostinos del Mar Menor. En la misma aventura no podemos prescindir del pastel de cierva, relleno con huevo y carne. Si nos gusta el pescado y estamos en Águilas, hay que pedir moraga de sardinas, o el arroz que aquí se hace a la piedra. Si reclamamos la cocina de la Huerta de Murcia, arroz y habichuelas, olla gitana, cocido de pava con pelotas, michirones, guisos de pollo o conejo. Cocina de puchero en la que la imaginación ha salvado la modestia de la materia prima: arroz con verduras, cocido con pelotas. La huerta nos impresiona de nuevo en las ensaladas y en las mil combinaciones que permitan las verduras de la tierra. El cerdo ha sido básico en la economía de la huerta y su aprovechamiento absoluto. A la brasa o a la plancha, sin olvidar una apetitosa gama de embutidos (morcón, longanizas, morcillas…).
Otra gran opción es la del interior. Para los días nublados y lluviosos, las migas ruleras, hechas a base de harina con aceite, agua, sal y paciencia. Gazpacho jumillano, gazpacho de Yecla, perdices escabechadas o arroz con conejo. Si es el tiempo, en Calasparra, arroz con caracoles. En el Valle de Ricote, tiernos corderos asados al horno moruno. Excelentes y cada vez más pujantes quesos de cabra, frescos y curados, al vino, al pimentón… Dulces de fruta que han constituido una activa industria… Excelentes mermeladas, conservas confitadas. Y mieles en las que se advierten los más delicados aromas de estos campos. Y especias y condimentos que merecerían, como los dulces y la pastelería (tocinos de cielo, mazapanes, yemas de Caravaca, almendrados), un capítulo aparte. Además, en la Región de Murcia se cultivan viñas y se crean vinos desde los tiempos de los romanos. Junto a los del Campo de Cartagena, destacan los de Ricote y, por supuesto las tres Denominaciones de Origen: Jumilla, Yecla y Bullas. Vinos blancos, tintos y rosados ricos en matices. Para todos los gustos, para todos los paladares.
Rural El interior de la Región de Murcia invita al descanso, el disfrute de la naturaleza, el deporte y la buena mesa. Son estas comarcas de montañas, de caza y bosques, coronadas de castillos, fortalezas, ermitas y conventos. Historias y viejas leyendas adornan estas sugerentes y acogedoras tierras de gastronomía sabrosa y generosa en las que disfrutar de unos días de descanso al aire libre. Rincones tranquilos y sosegados que abren sus puertas al viajero que quiera perderse durante unas horas entre encinas, pinos, robles y sabinas, visitar yacimientos arqueológicos, conocer modos de vida tradicional y sentarse a la mesa para reponer fuerzas con un reconfortante guiso, unas migas, una sabrosa carne, todo regado con una botella de buen vino de la zona, con Denominación de Origen.
A los más aventureros les esperan descensos en canoa, rutas de espeleología, escalada, senderismo, paseos a caballo y en bicicleta. Quien lo prefiera puede aprender a amasar pan, hacer dulces caseros, destilar esencias y licores, cortar miel o fabricar queso. Es cuestión de gustos.
Para descansar después de una agradable jornada en plena naturaleza nada mejor que hacerlo al calor del fuego de la chimenea, o al aire libre si es verano, preparando una sabrosa barbacoa en el horno moruno de las casas rurales que se alquilan en toda la zona, equipadas con todo tipo de comodidades para disfrutar de una estancia confortable. Esta red de alojamientos rurales, incluye, además, hospederías, hoteles, campings, apartamentos, bungalows, así como cabañas de madera. Para todo aquél que busque unas vacaciones diferentes.
Clima Disfruta de 2.800 horas de sol al año. La Región de Murcia presenta las características propias del clima mediterráneo subtropical semiárido. Estas condiciones climáticas se concretan en una temperatura media anual de 18ºC, con veranos calurosos (registrando máximas absolutas de 40ºC) e inviernos suaves (11ºC de temperatura media en los meses de enero y diciembre).
El número de días totalmente despejados se sitúa en torno a 120 y 150 anuales y las horas de sol al año suponen aproximadamente 2.800. En general, las precipitaciones son escasas (aproximadamente 300-350 mm/año) en todo el territorio regional, si bien es un fenómeno frecuente la concentración de lluvias en periodos como la primavera (abril) o el otoño (octubre), siendo el verano una estación eminentemente seca. La Región de Murcia se caracteriza por ciertas diferencias climáticas que pueden hacer oscilar los valores reseñados anteriormente. Como causas de esta disparidad podemos hablar de la orientación y exposición a los vientos dominantes, distancia con respecto al mar o la propia configuración del relieve. Ello hace que las diferencias térmicas entre el litoral y el interior sean mucho más acusadas en invierno. En el litoral no suelen descender de 10ºC, mientras que en las comarcas interiores de mayor altitud no se exceden los 6ºC. En estas comarcas se localiza la mayor densidad de lluvia, con 600 mm de promedio anual.
Destino de ciudad
Fruto de su intensa tradición histórica, de la superposición de culturas, de su condición de tierra fronteriza y de paso entre la meseta y las tierras andaluzas, y de su naturaleza como enclave estratégico mediterráneo, la Región de Murcia alberga en su patrimonio un sinfín de testimonios del pasado que la convierten en punto de encuentro entre la tradición y la preocupación por hacerla, día a día, más presente, por mostrarla al visitante. Los numerosos vestigios y yacimientos arqueológicos nos hablan de pinturas rupestres al abrigo de sus cuevas, del periodo ibérico, del esplendor del Imperio Romano y de su precisión urbanística y su gusto por las manifestaciones teatrales, de ciudades visigodas, de medinas árabes, de castillos, torres de vigilancia, de templos e iglesias de la cristiandad, de edificios civiles y militares…
Todo el patrimonio cultural, histórico, artístico y arquitectónico aparece dibujado en la diversidad de oportunidades para ser visto y admirado, ya sea a través de cada espacio temático de la amplia red de museos de la región, ya en los lugares donde fueron erigidos dichos monumentos para su uso. La Región de Murcia se convierte así en una tupida tela impresa donde el pasado queda reflejado, para su contemplación, bajo la forma de vestigios palpables de ese pasado hecho presente.
Murcia, la capital de la Comunidad Autónoma, a orillas del Segura, Cartagena, ciudad portuaria volcada al Mediterráneo, Lorca, la Ciudad de los Cien Escudos, y Caravaca, la Ciudad Santa, aportarán al visitante los argumentos necesarios para elegirlas como su lugar de vacaciones o de estancia en cualquier época del año.
Caravaca de la Cruz
Caravaca de la Cruz es una ciudad situada en un enclave fronterizo entre Murcia y Granada. Una población por la que pasaron, sucesivamente, íberos, romanos y musulmanes y que se encuentra construida en torno a su Castillo, levantado en el s. XV por la Encomienda de los Templarios. Pero Caravaca es, esencialmente, la Ciudad Santa, la ciudad de la Cruz que lleva su nombre. Según la leyenda, en 1232, el rey moro Abú Zeid se convirtió al cristianismo cuando contempló cómo dos ángeles bajaban del cielo una cruz para que un sacerdote preso en el castillo pudiera decir misa. Esta leyenda dio lugar a la construcción, a partir de 1617 y en el recinto de la propia fortaleza, del principal monumento de esta localidad del Noroeste murciano, el Santuario de la Vera Cruz. Una construcción en la que destaca su lujosa portada de mármol rojo de Cehegín en la que se hace toda una exaltación de la Santa Cruz.
Caravaca de la Cruz, Ciudad Santa. En 1998, S.S. el Papa concedió a Caravaca de la Cruz el Año Jubilar, lo que convierte a esta ciudad en la quinta del mundo que, junto a las otras cuatro (Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Roma y Jerusalén), va a poder celebrar el Jubileo Perpetuo. Esto significa que la Santa Sede concede el poder celebrar Año Santo cada siete años in perpetuum en el Santuario de la Vera Cruz, siendo el próximo Año Jubilar, en Caravaca de la Cruz, el año 2010. Sin embargo, el Santuario, que posee un interesante Museo de Arte Sacro e Historia, no es el único monumento religioso de Caravaca. Del s. XVI datan las interesantes iglesias de la Soledad, hoy convertida en Museo Arqueológico ; El Salvador, considerada como la obra cumbre del Renacimiento murciano, y la iglesia de la Purísima Concepción, a las que hay que sumar el Convento de los Carmelitas. En cuanto al poder civil es destacable el edificio del Ayuntamiento, erigido en el s. XVIII.
Pese a su reducido tamaño, un importantísimo monumento caravaqueño es el Templete de la Santa Cruz, el lugar donde se baña cada año la reliquia en la fecha del 3 de mayo, en plena celebración de las populares Fiestas en Honor de la Stma. y Vera Cruz durante las cuales también tiene lugar el festejo de los Caballos del Vino, que rememoran una tradición popular y legendaria acaecida en el s. XIII. En dicha fecha, los cristianos cercados en la fortaleza por los árabes consiguieron romper el asedio para buscar agua. Al no encontrarla regresaron a la fortaleza con los odres que portaban sus caballerías llenos de vino. La conmemoración consiste en caballos ricamente enjaezados que ascienden las empinadas cuestas del Castillo y que, junto a los Moros y Cristianos, conforman las citas principales del calendario festivo de Caravaca. El Palacio de los Uribe (s. XVI) acoge el museo de la Fiesta donde podrá vivirlas en primera persona.
Caravaca es también un enclave privilegiado para poder practicar el turismo rural. Existen un gran número de alojamientos rurales diseminados por todo el término municipal y la oferta turística en este sentido se amplía con numerosas actividades de turismo activo que permiten el contacto con la naturaleza y la práctica de actividades que van desde el senderismo a los paseos a caballo.
Cartagena Cartagena es una ciudad con más de 2.500 años de existencia que ofrece al viajero, en cada uno de sus rincones y en cada una de sus calles y plazas, testimonios monumentales de su esplendoroso pasado histórico, siendo su máximo exponente el Teatro Romano, construido en tiempos del emperador Augusto y actualmente restaurado, diferenciando claramente lo que son materiales originales de los que son nuevos.
Por otra parte, Cartagena Puerto de Culturas abre un amplio abanico de posibilidades que permiten al visitante disfrutar del patrimonio y riqueza cultural de la ciudad: conocer sus orígenes a través de los restos de la Muralla Púnica, huella de la fundación de la urbe por el cartaginés Asdrúbal en el año 227 a.C., y donde un Centro de Interpretación explicará a los visitantes esa parte fundamental de la historia y la arqueología locales.
Una riqueza en la que Cartagena Puerto de Culturas desarrolla la unificación temática para que sea más accesible al viajero. Al pasear descubrimos también que la ciudad presenta una huella militar que nos remonta a época medieval, cuando se construyó el Castillo de la Concepción, lugar en el que, dada su privilegiada situación, un Centro de Interpretación ofrece un explicación de la ciudad y su historia.
La oferta festiva de la ciudad se complementa con La Mar de Músicas, un festival de músicas del mundo que se celebra en el mes de julio y que, pese a su corta vida, ha alcanzado el unánime reconocimiento nacional e internacional.
Además Cartagena ofrece una gran variedad de museos entre los que destacamos el museo del Teatro Romano, el museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQUA), el museo Arqueológico Municipal , el museo de Arte Moderno (MURAM),etc, que hacen de esta ciudad un destino cultural de primer orden.
El viajero podrá degustar la gastronomía propia de una ciudad marinera, pero al tiempo abierta a su campo. Pescados y salazones, el típico caldero- un guiso de arroz al estilo de los pescadores- junto a las carnes y los productos agrícolas de su feraz campo, todo ello regado con los vinos de la tierra y acompañado de las bebidas tradicionales, como el café asiático, que hacen las delicias de cuantos se acercan a conocer su tradición culinaria.
Cartagena posee un litoral de gran belleza, destacando las playas de Cala Cortina y el Portús, además de las famosas playas de La Manga del Mar Menor y de Cabo de Palos. Pero Cartagena añade a su oferta de la zona litoral la posibilidad de practicar el turismo rural en alguna de sus muchas pedanías interiores. Zonas tranquilas y próximas a espacios naturales de interés medioambiental donde poder practicar actividades en contacto con la naturaleza y con el valor añadido de su proximidad a la costa.
Lorca Lorca, cuyo centro urbano fue declarado conjunto histórico-artístico en 1964, es denominada la ciudad barroca por el importe legado barroco de su centro histórico, uno de los de mayor proyección de la región, y por los hechos históricos que han ido conformando la Lorca actual desde la Edad del Hierro hasta nuestros días. Los numerosos yacimientos arqueológicos, la Columna Miliaria de época romana, la Torre del Espolón y la Torre Alfonsina, aportación cristiana tras la Reconquista; el Porche de San Antonio, puerta del antiguo recinto amurallado que guardaba la ciudad (s. X), las numerosas iglesias y conventos de diferentes épocas y estilos (s. XV al s. XVIII ) los palacios y casas señoriales del barroco, como el palacio de Guevara, el de los Condes de San Julián o la casa de los Mula, la fortaleza militar -que reestructura la alcazaba medieval en un inexpugnable recinto- o las calles adoquinadas alrededor de la Plaza de España, con construcciones de arquitectura popular de enorme sabor tradicional como la Zapatería y la Cava. Sin olvidarnos de los espectaculares desfiles bíblico-pasionales de la Semana Santa lorquina, con el fervor de blancos y azules, azules y blancos, el carácter tradicional de su artesanía con productos todavía hoy elaborados artesanalmente, como la cerámica, las jarapas y alfombras, los laboriosos bordados y la forja.
Las gentes de Lorca son los protagonistas y el motor principal de los cambios que está experimentando la ciudad, en el camino de diseñar una estrategia de interpretación, tematizacion y comunicación de su rico patrimonio, que ayude a aproximar a los viajeros a los valores históricos, culturales, arquitectónicos y artísticos de Lorca, de una forma atractiva, interesante y única.
En Lorca, el visitante es siempre bien recibido. Sus gentes, la amabilidad de su clima en las cuatro estaciones del año, sus restaurantes y hoteles, sus infraestructuras turísticas están perfectamente dispuestas para el viajero, ampliando su oferta turística al turismo rural que tiene en este municipio un buen exponente dado lo amplio de su término municipal, sus numerosas pedanías y la proximidad a numerosas sierras y espacios de una gran belleza paisajística. Lorca es, sin duda, lugar donde pasárselo bien.
Murcia Murcia es una ciudad fundada en el año 831 por Abd-Al-Rahman II en un enclave privilegiado, en el centro del Valle del Río Segura. De la importancia que alcanzó en la época árabe da buena idea la muralla que la circundaba, algunos de cuyos restos aún son visibles en diferentes lugares de la ciudad, que tenía 15 m de altura y 95 torres. Una importancia que queda también de manifiesto en los numerosos hallazgos arqueológicos, como los de tipo palacial realizados en el Convento de las Claras. La ciudad cristiana también ha dejado profunda huella en la fisonomía urbana de Murcia. Así, dos de sus arterias principales, la Platería y la Trapería, son aún testigo de la intensa actividad gremial que se desarrolló en la urbe. Pero será a partir del s. XVI, y especialmente del XVIII, cuando Murcia alcance un esplendor urbano que la llevará a expandirse más allá de sus murallas. Será éste el momento en que se alcen las numerosas iglesias, mayoritariamente barrocas, que jalonan toda la trama urbana. Templos como los de la Merced, San Miguel, Santa Ana, Las Claras, Santo Domingo, Santa Eulalia o San Juan de Dios, que unen a sus artísticas arquitecturas un importante patrimonio pictórico y escultórico, con obras entre las que destacan las realizadas por Francisco Salzillo. El primer templo de Murcia es su Catedral, comenzada a construir a finales del s. XIV y que presenta elementos góticos, como la Puerta de los Apóstoles y la Capilla de los Vélez; renacentistas, caso de la Capilla de Junterón, y barrocos, entre los que destaca su fachada, concebida a modo de gigantesco retablo por Jaime Bort, con una sabia conjugación de escultura y arquitectura. Resañable es también su torre, de 92 m de altura y construida en distintas fases entre los s. XVI y XVIII.Junto a la Catedral, el también dieciochesco edificio del Palacio Episcopal y el antiguo Pósito del grano, conocido como El Almudí, son otros buenos testimonios del auge constructivo alcanzado en la época reseñada.
Fuente: www.murciaturistica.es
