Por primera vez en la historia, la música será grabada y disponible digitalmente después de la ceremonia a través de Decca Records.
El protagonista ha sido el Coro de la Abadía de Westminster. El resto de la ceremonia ha tenido como intérpretes a la London Chamber Orchestra.
Coro de la Abadía de Westminster, compuesto por niños formados en la escuela del propio coro y una serie de cantantes adultos profesionales, que atiende todas las responsabilidades de su función en este verdadero corazón de la iglesia anglicana que es la Abadía, pero que además tiene una amplia y abierta vida de conciertos y grabaciones del más importante repertorio coral universal.
Y al frente el Organista y Maestro de Coro de la Abadía, James O’Donell, que además desde este año es Presidente del Real Colegio de Organistas. Lógicamente con ellos ha estado asegurada la perfección en la liturgia anglicana del servicio religioso, una liturgia en la que los himnos son parte esencial.
El resto de la ceremonia ha tenido como intérpretes principales a la London Chamber Orchestra, que ocupa una posición destacada en la historia musical inglesa del siglo XX como la más veterana orquesta de cámara del Reino Unido.
Fundada en 1921, su impecable trayectoria abarca estrenos en Inglaterra de lo más granado de la música de la primera mitad del siglo, desde Manuel de Falla hasta Stravinsky, y ha tocado en numerosas ocasiones para el Palacio de Buckingham. Y como director ha estado su titular desde 1988, Christopher Warren-Green (1955) violinista y director británico. Ya se anuncia que la música de la boda se ha grabado para sacar el 5 de mayo a la venta un compacto. Como vemos, el tema de la venta de productos relacionados con la boda, vulgo “merchandising”, no deja ni una brizna sin aprovechar.
Y en cuanto a los autores que hemos podido escuchar, también se encuentra una buena parte de los nombres más destacados del nacionalismo musical británico, muchos de ellos lógicamente de importante trayectoria coral, como es el caso de Charles Hubert Hastings Parry (1848-1918), uno de los compositores que representó en su momento un verdadero renacimiento de la música inglesa, y el más importante autor de música coral de su tiempo, y tras él dos de los nombres más prestigiosos de la música británica ya del siglo XX, Ralph Waughan Williams (1872-1958) y William Walton (1902-1983), ambos destacados representantes de ese sonido nacional británico que ha vertebrado toda la ceremonia.
Coches para la boda
Según la Casa Real Británica, tras la boda, los futuros reyes del Imperio Británico saldrán de la Abadía de Westminster en un carruaje de caballos, así que mejor este aspecto se lo dejamos a alguna web especialista en equitación. Aquí lo que interesa es la gasolina (perdona si te parezco ‘poco eficiente’), así que toma nota: el último coche en el que Kate Middleton se subirá como plebeya será un Rolls-Royce Phantom VI de 1977.
Los príncipes ingleses abandonarán la ceremonia nupcial en una carroza Late Landau.
El 1902 fue construido específicamente para el rey Eduardo VII
Al final de la boda en la Abadía de Westminster, el príncipe Guillermo y Catalina viajarán en la carroza a lo largo del recorrido procesional del Palacio de Buckingham.
Después de la comida, los duques de Cambridge abandonan Buckingham Palace en un Aston Martin descapotable, en dirección a Clarence House. Conduce el Príncipe Guillermo. El coche va decorado con cintas y globos, y lleva una placa en la que se lee: «Just wed» («Recién casados»).
