Sin condiciones
Yo te amo porque llevas la magia de la luz tan cerca de mi nativa primavera y de mis pasos porque teniendo cadenas de sombras
en tus dias llevas sonrisas
de luciernagas a mis caminos yo te amo porque sin necesitarme no me bandonas y aprietas en tu piel lo mas bello de mis sombras
Alejandro Latorre, Chile
Mucho Más Grave
Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo y eso en verdad no es nada extraordinario vos lo sabes tan objetivamente como yo. Sin embargo hay algo que quisiera aclararte, cuando digo todas las parcelas, no me refiero solo a esto de ahora, a esto de esperarte y aleluya encontrarte, y carajo perderte, y volverte a encontrar, y ojalá nada mas. No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llora. Y que un lindo aguacero invisible nos ampare y quizás por eso salga enseguida el sol. Ni me refiero a solo a que día tras día, aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades, o que yo pueda creerme que puedo convertir mis reveses en victorias, o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación.
No. La cosa es muchisimo mas grave. Cuando digo todas las parcelas quiero decir que además de ese dulce cataclismo, también estas reescribiendo mi infancia, esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos las celebran, y vos en cambio sabes que eso no sirve. Quiero decir que estas rearmando mi adolescencia, ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos, y vos sabes en cambio extraer de ese páramo, mi germen de alegría y regarlo mirándolo. Quiero decir que estas sacudiendo mi juventud, ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos, esa sombra que nadie arrimo a su sombra, y vos en cambio sabes estremecerla hasta que empiecen a caer las hojas secas, y quede la armazón de mi verdad sin proezas. Quiero decir que estas abrazando mi madurez esta mezcla de estupor y experiencia, este extraño confín de angustia y nieve, esta bujía que ilumina la muerte, este precipicio de la pobre vida. Como ves es más grave, Muchisimo más grave, Porque con estas o con otras palabras, quiero decir que no sos tan solo, la querida muchacha que sos, sino también las espléndidas o cautelosas mujeres que quise o quiero.
Por que gracias a vos he descubierto, dirás que ya era hora y con razón, que el amor es una bahía linda y generosa, que se ilumina y se oscurece, según venga la vida, una bahía donde los barcos llegan y se van, llegan con pájaros y augurios, y se van con sirenas y nubarrones. Una bahía linda y generosa, Donde los barcos llegan y se van Pero vos, Por favor, No te vayas
Mario Benedetti
El cojín de mi ternura
Rescuéstate en el cojín de mi ternura, mujer copiada de dolor y rosas, y dame de tus avispas armoniosas el azúcar de ayer en agua pura. Aquí donde un silencio de frescura se palpa en mi regazo cuando posas, aterriza el amor en mariposas tomando de aeropuerto tu figura. No cambio ser ladrón de tu hermosura, en este mundo de tan feas cosas, y explotar tu belleza con usura. Traslada las avispas armoniosas del panal de tu piel a la espesura del bosque de mis manos silenciosas.
Alfredo Sancho, Costa Rica
Te contemplo durmiendo
Te contemplo durmiendo Y me pregunto si sueñas conmigo Como yo sueño contigo. Si tu alma vibra Como vibra la mía Cuando estoy contigo. Si tus aguas son Como mis ríos Y tus esperanzas Duermen el sueño de los niños. Me pregunto si me amas dormida Como te amo yo despierto Y si vives tu vida Como yo vivo mis sueños Y me pregunto si sueñas conmigo Como yo sueño contigo.
Alvaro Andrade
Memorias de mi piel
Mi piel tiene memorias de tus manos recorriendo el desnudo de mi entrega tiene tu aroma tu costado tu aliento tu sabor tu triunfo mis derrotas Mi piel tiene sonidos de ternuras vibrando cada encuentro en la penumbra tiene tus restos y tus rastros la luz opaca del deseo y el rostro del amor amaneciendo
Ana María Mayol, Argentina
Sentires
Sentires que en mi alma encierran un sutil devaneo de recuerdos. El inutil transcurrir del tiempo me acerca y me aleja el pensamiento de momentos pasados sin regreso. En caricias guardadas con desvelos de mil noches que guardan el secreto, de decirte a gritos, que te quiero!. Una rara quietud cierra mi boca y se quedan las palabras, en silencio. Tu no sabes, amor, mi sentimiento, y a otros brazos te entregas sin saberlo, no mires a mis ojos, pues no quiero, que ellos me delaten sin quererlo.
Ana Nicolau
El último beso
Dejaré un beso pintado de viento anidado en el bolsillo izquierdo de tu camisa blanca de espuma Será el último beso Luego dormiré en una esquina de tu alma hasta que amanezca algún día…
Antonietta Valentina, Venezuela
El fuego y sus misterios
Yo conocí el secreto del fuego mucho antes que el primer bosque se incendiara. Antes aún de aquella hoguera, antes de la llama. Como todos los hallazgos fue accidente, tropezar con la chispa en tu palabra, y después, ¿qué remedio?: encenderme con el roce casual de tu mirada.
Aída Elena Párraga Cañas, El Salvador
Los dos
A veces te quiero tanto que te llamo sin hablarte con ese silencio impenetrable, el más ignominioso de los silencios. A veces tú no me quieres tanto que me llamas impaciente con aquel grito terrible, el más fuerte de los silencios. Y todas las paradojas del mundo respetan la nuestra. Y los dos seguimos guardando silencio. Y tú y yo nos queremos tanto.
Antonio Álvarez Bürger, Chile
Tu amor
Siento tu amor; ya casi lo respiro… Está en la suave luz de la alborada, cubriendo con ingenua llamarada el débil resplandor de mi suspiro.
Siento tu amor si el firmamento miro en una hermosa noche platinada… Y me veo entre estrellas reflejada, contemplando tu rostro, mientras giro.
Tu amor es fuego, manantial y brisa. Es un dulce huracán de mil delicias y es un faro en un mar de desconsuelo…
Es la pluma que pinta una sonrisa y es el sol que recubre de caricias a las nubes que flotan en mi cielo.
Adriana Mutis Peralta, Colombia
Partir
Saldrás a caminar por las estrellas con tu cósmica tu corte de querubes echando a la ribera de una nube tu pena como al mar una botella. Recogerás el sueño en las violetas insólitas violetas de la gramas y te irás lentamente hacia la cama envuelta en una estela de cometas. mientras que yo, la quilla a barlovento, te llevo en la bitácora conmigo y abrigo el corazón con el abrigo de la mágica rosa de los vientos, preservando en mis ánforas de tiempo el tiempo de volver a estár contigo.
Alberto Cortez, Argentina
Al amor
Tal vez, amor, bajo el sagrado velo de la amistad encubres tu furor; el corazón se entrega sin recelo, y en él clavas la flecha a tu sabor. Tirano dios, cuya perfidia 1loro, el infortunio me enseñó a temer. mas ¡ay de mí!, si mi peligro adoro, ¿qué vale, amor tu astucia conocer?
Alberto Lista, España
¿Adónde va el amor…?
¿Adónde va el amor, por más que duela el corazón a cada estrecho paso; con qué peso se hunde, en qué fracaso el beso se anonada y se cancela? Abrígalo si puedes: va que vuela su precario calor, al cielo raso. Mira que con frecuencia se da el caso de que a la vuelta el velo se desvela. ¿Adónde vamos a parar con tanta ráfaga que se va por un postigo, si el cisne se nos muere cuando canta? ¿Qué puede alimentarnos este trigo que siempre se nos queda en la garganta? ¿Adónde vamos a parar, amigo?
Alfonso Canales, España
Gema astral
Mujer y ángel que en lo femenino De lo corpóreo que hay en tu existencia, Anticipa a mi opaca inteligencia Cómo está conformado un ser divino. Fruto de la poesía, flor y trino, Pureza niña, de lo niño esencia, Que mostrando celeste consistencia Designio astral oculta en su destino. Como revelación de ignoto arcano, hecha del germen mismo de lo tierno, eres misterio que al misterio humano aclara en tí su gema donde quiso mostrar la vida su prodigio eterno para que en tí yo viera el paraíso.
Alfonso Orantes, Guatemala
¿Enseñarte a querer?
¿Que te enseñe a querer? El amor que se enseña no es el mío … ¿Acaso aprende el mar a hacerse espuma, o a recibir gozoso el ancho río? ¿Que te enseñe a querer? No aprende el sol a calentar la tierra, ni los luceros a encender la noche, ni a empinarse orgullosa la alta sierra. ¿Que te enseñe a querer? ¿Acaso aprende el viento a surcar mares, el árbol a dar sombra, fruto, o a juguetear la brisa en los pinares? ¿Que te enseñe a querer? Ni aprende el leño seco a hacerse llama, ni a vestirse de verde la pradera … ni puedo yo enseñarte cómo se ama.
Amelia del Castillo, Cuba
Te busco y no te encuentro
Te busco y no te encuentro. ¿Dónde moras? ¿Lates sin realidad? ¿Eres un mito, una ilusión, un ansia de infinito? Y si amaneces, ¿dónde tus auroras? ¿En qué tiempo sin tiempo van tus horas desgranándose plenas? ¿Nunca el grito humano dolor quiebra el bendito silencio que te envuelve? ¿Nos ignoras? Partículas de ti fueron llegando; mi mar inquieto se convierte en río; hay trinos en el aire, canta el viento. Canta la vida toda. Por fin siento que estés, pero, dime, dime: ¿cuándo puedo saberte para siempre mío?
Ana Inés Bonnin, Puerto Rico
Desgranando el amor
La A es una escalera de ternura que igual que nos eleva a ras del cielo conduce al corazón al desconsuelo llevando alma y dolor a la amargura. La M, ¿qué será? Es la dulzura, el fuego, el manantial, el beso, el duelo, la espina del placer y del desvelo, la risa del dolor y la tortura. La O lleva en su vientre azucarado las brasas de una hoguera agonizante con un pañuelo verde a su costado. ¿La R? Es el fracaso amenazante. Es el fuego sin fe mal apagado, la cuna y el sepulcro del amante.
Anastasio Pajuelo Gallardo, España
Nombrarte
Hoy mencioné tu nombre, y al decirlo, lo mentaron las almas de las cosas: la calle gris, la acera, las baldosas, el perro, el pez, el gato, y hasta el mirlo. Todo lo que se mueve y lo que siente, todo lo que está inmóvil, sin mirada, llevando entre sus átomos la nada, todo tu nombre de hoy lo hizo presente. ¡Qué poder la palabra que te nombra entre mis labios murmurada apenas para no mutilar su alegoría…! Tu nombre me entimisma, y aun me asombra, me borda el corazón, y por las venas corre un milagro azul de fantasía.
Antonia Alvarez Alvarez, España
