Antes de poner manos a la obra en un nuevo proyecto, lo primero es saber que función va a cumplir lo que hagamos y cuanto queremos gastar en su realización.
¿El mueble será para interior o exterior?
Para la primera opción, tenemos una gran variedad de materiales, paneles de aglomerado, de DM, plastificados o crudos, tableros alistonados y por supuesto maderas macizas.
Muchas veces un cliente me pide los muebles en una “madera que dure”, y ahí mi pregunta obvia, ¿que dure cuánto?, porque hasta la que pueda parecernos de lo mas corriente, durará más de lo que lleguemos a vivir ahora.
Si lo que buscamos es que tenga una veta o un color natural específico o un tacto determinado, entonces si buscaremos maderas nobles: roble, caoba, cerezo, sapelly, nogal, cedro, etc., pero no porque dure más el mueble que hagamos -jamás pensemos que por utilizar una madera cara haremos un mejor trabajo- NOOO!, ¿se és acaso mejor conductor por conducir un Lamborghini?, a que nó, pues la madera es igual.
Es más importante estudiar como vamos a estructurar nuestro mueble para que resista de sobra el trato a que pueda ser sometido.
Volviendo a las maderas, mi experiencia me ha llevado a decantarme mayoritariamente por utilizar pino insigne (Pinus Radiata) en todos mis trabajos, porque primero y lo más importante proviene de bosques reforestados, segundo por su precio (la 3ª o 4ª parte del que tiene cualquier madera noble) y tercero porque admite todo tipo de tintes y acabados.
¿Sabían Uds. que un pino reforestado tarda una media de 25 a 35 años en estar listo para ser cortado?, en cambio cualquier otro de madera noble, además de que nadie siembra otro en su lugar, tarda no menos de 100 años. Siempre digo que cada quién use la madera que le plazca, pero que piense antes de usar la sierra en el mundo que dejará a sus hijos y nietos.
Para la segunda opción, debemos pensar en maderas duras: teca, palosanto, ukola, incienso, viraperé, iroko, haya… y muchas otras más. Por supuesto que aquí también cabe la consideración de que son maderas de bosques naturales no reforestadas, además, están los materiales de chapas fenólicas, también conocidas como “chapa marina”, con muy buena resistencia mecánica y también frente a los agentes atmosféricos.
Todo irá en función de nuestro presupuesto y las herramientas de que dispongamos, ya que trabajar estas maderas requiere destreza y maquinaria de tipo más profesional,
Otra consideración importante a tener en cuenta es que el polvillo que desprenden al trabajarlas, es muy nocivo, pueden provocar desde irritación en los ojos y garganta hasta infecciones en las vías respiratorias, por consiguiente tendremos la precaución de usar mascarilla, gafas protectoras y que el ambiente este con buena ventilación.
Por último mi consejo de siempre: LOS NIÑOS, LO MAS LEJOS POSIBLE MIENTRAS DISFRUTAMOS REALIZANDO NUESTRO PROYECTO.
Autor: Artesano Miguel (Juan Miguel Granados)
Artesanía Almería – http://www.artesanialmeria.es
