Un aspecto importante de la vida matrimonial son las relaciones íntimas. Dentro de el matrimonio, es una bendición el que podamos satisfacer nuestros deseos sexuales, sin el temor de desobedecer a Dios o causar Su disgusto. Lo que es mejor aun, es que también obtenemos recompensa de Dios por ello.
En un Hadith narrado por Muslim y Ahmad, encontramos lo siguiente:
Algunos de los compañeros de el Profeta (SAW) le dijeron:
‘O Mensajero de Allah, los ricos de entre nosotros se han llevado todas las recompensas (de la otra vida!) ¡Hacen oración como nosotros, ayunan como nosotros, y (además) dan en caridad de lo excedente de sus riquezas!’
El Profeta (SAW) dijo:
‘Acaso Allah no os a dado algo (también) para que den en Sadaqa (caridad)? De cierto os digo que cada vez que digan SubhanaAllah (exaltado sea Allah) es una caridad, y cada vez que digan AllahuAkbar (Dios es Supremo) es una caridad, y cada vez que digan Alhamdulillah (alabado sea Allah) es una caridad, y cada vez que establezcan el bien es una caridad, y cada vez que prohíban el mal es una caridad, y vuestras relaciones sexuales (con vuestras esposas) es una caridad.’
Los Compañeros dijeron:
‘O Mensajero de Allah, ¿hemos de ser recompensados cuando satisfacemos nuestros deseos sexuales?’
El Profeta (SAW) dijo:
‘¿Es que no entienden? Si satisfacen vuestros deseos con lo que es prohibido, no sería esto un pecado (merecedor de castigo)?’
Dijeron:
‘¡Por supuesto que sí!’
Entonces dijo el Profeta (SAW):
‘De la misma forma, cuando satisfacen sus deseos con lo que es lícito, en ello hay recompensa.’
