Segundas nupcias en Estados Unidos

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Aproximadamente el 30% de todos los matrimonios de hoy son el resultado de segundas nupcias, lo que ha estado cambiando muchas de las viejas tradiciones.

Desde la manera de iniciar y sobrellevar la relaciĂ³n, hasta los detalles para celebrar la ceremonia de la boda y la recepciĂ³n, puesto que la mayorĂ­a de los casos involucran a los hijos de cada uno de los contrayentes, o al menos de alguno de ellos.

Cuando se involucra cuidadosamente a los niños de los matrimonios previos con amor y respeto, no sĂ³lo a la ceremonia, sino a todo el proceso de uniĂ³n con una nueva pareja de sus padres, el resultado serĂ¡ (casi) siempre una muy buena comunicaciĂ³n. Procurando hacerlos sentir siempre como que ellos no estĂ¡n perdiendo a su padre o madre natural, sino que tal vez estĂ©n ganando uno extra o al menos un nuevo amigo o amiga con el que tambiĂ©n puede contar.

Los niños deben ser incluidos en la ceremonia de boda o en los festejos de la misma, segĂºn decida la pareja y desde luego dependiendo de la edad de los pequeños. Pero entre mĂ¡s involucrados estĂ©n, se sentirĂ¡n mĂ¡s importantes, como parte del acontecimiento y les serĂ¡ mĂ¡s fĂ¡cil aceptar su nueva situaciĂ³n. Ellos deben sentirse muy especiales durante estos tiempos difĂ­ciles en los que podrĂ­an fĂ¡cilmente sentirse descuidados y olvidados.

Reunir a dos familias distintas haciendo vidas diferentes anteriormente, puede resultar menos difĂ­cil cuidando algunos pequeños detalles para ajustar sentimientos incĂ³modos. Dependiendo de cĂ³mo se hayan manejado las cosas durante el desarrollo de la nueva relaciĂ³n, puede que la pareja tenga una mĂ¡s sĂ³lida uniĂ³n o que por el contrario, se incremente la tensiĂ³n a una ya de por sĂ­ difĂ­cil situaciĂ³n. La manera en cĂ³mo el hecho es experimentado por los niños, puede influir en el futuro Ă©xito o fracaso que la nueva familia tendrĂ¡ para integrarse. Lo mĂ¡s importante es que la pareja se comunique y discuta el papel de los niños no solo en la ceremonia, sino desde el mismo momento en que han decidido casarse y durante todo el proceso que duran los preparativos.

AdemĂ¡s de que ellos merecen estar enterados de cĂ³mo este hecho modificarĂ¡ sus vidas, tambiĂ©n merecen ser activamente involucrados como participantes oyendo ocasionalmente sus opiniones sobre los planes, las compras y las decisiones que va tomando la nueva pareja. Por supuesto que cada situaciĂ³n es diferente y pudiera darse el caso de niños que no desean involucrarse, entonces es mejor respetarlos. DespuĂ©s de asegurarse que estĂ¡n cumpliendo con todos los requisitos legales para contraer segundas nupcias y evitar cualquier contratiempo en la ceremonia por incumplimiento de alguno de ellos, es importante decidir el tipo de ceremonia y recepciĂ³n que la pareja desea realizar.

Generalmente, cuando se trata de un segundo matrimonio, es muy comĂºn que la pareja opte por una recepciĂ³n mĂ¡s sencilla. Es importante recordar que la religiĂ³n catĂ³lica impide celebrar una segunda ceremonia religiosa cuando uno o ambos contrayentes ya se han casado por la iglesia anteriormente; a menos que se consiga una dispensa eclesiĂ¡stica que otorga el obispo de la DiĂ³cesis de su ciudad. Elegir pues, una reuniĂ³n semiformal o informal con la participaciĂ³n de los familiares y amigos mĂ¡s cercanos, en lugar de una gran fiesta muy formal, puede hacer la diferencia para la celebraciĂ³n de las segundas nupcias de una pareja.

Con el incremento de matrimonios por segunda vez, los diseñadores de trajes de boda estĂ¡n creando, especialmente para la ocasiĂ³n, hermosos vestidos para ella. Se puede elegir desde un traje femeninamente romĂ¡ntico de encaje a media pantorrilla o largo hasta el tobillo en color blanco o marfil, hasta uno tradicionalmente elegante y largo hasta la rodilla (incluso un poco mĂ¡s arriba) o un sencillo traje blanco o en color pastel.

La elecciĂ³n final dependerĂ¡ de la formalidad de la ceremonia, de la hora del dĂ­a, y lo mĂ¡s importante, de los gustos y lo confortable y bien que la pareja se sienta con lo elegido. Es muy importante gustarse a sĂ­ mismo para proyectar la alegrĂ­a que seguramente le acompañarĂ¡ en ese momento. Por supuesto que se puede elegir usar el color blanco si asĂ­ se desea. Por fortuna se van quedando atrĂ¡s los prejuicios de que el blanco y el velo –que tradicionalmente han sido considerados el sĂ­mbolo de la virginidad y reservados sĂ³lo para las doncellas– lo usan sĂ³lo las novias que se casan por primera vez. Actualmente se tiene la libertad de decidir usarlo o sustituirlo por un elegante sombrero o una guirnalda de flores frescas haciendo juego con el ramo y el libro de oraciones hermosamente decorado con ribetes floreados muy finos.

Todo lo demĂ¡s no cambia. Deben enviarse invitaciones a su boda aunque sĂ³lo vaya a tener una ceremonia y fiesta sencillas. Puede brindar con champaña, cortar el pastel en pareja y tener su “primer baile de casados” como es la costumbre. Otros rituales como arrojar el ramo y la liga de la novia –que se realizan por costumbre en las bodas de primera vez–, no tendrĂ­an por que ser omitidas. 

Finalmente, debido a que los hijos de los contrayentes son tan importantes, e aquí algunas ideas para involucrarlos en la ceremonia, en la fiesta o en ambas. Considere incluirlos por ejemplo, como madrinas o padrinos de la boda, como los anfitriones de la fiesta, o pídales su ayuda en cosas específicas como regar los pétalos de flores durante la ceremonia o resguardar los anillos de matrimonio hasta el momento en que sean solicitados.

Puede incluirlos en una ceremonia especial dentro de la ceremonia de la boda. El “CĂ­rculo de AceptaciĂ³n” por ejemplo, es una emotiva manera de que ellos formen parte de la ceremonia, pues ellos son llamados junto con sus respectivos padres contrayentes y el oficial del registro para tomarse de las manos formando un cĂ­rculo, mientras Ă©ste les habla de cĂ³mo ahora no sĂ³lo tendrĂ¡n el cariño, atenciĂ³n y apoyo de sus padres biolĂ³gicos, sino el de la nueva pareja que se estĂ¡ uniendo con su padre o madre. Les sugiere que en el futuro recuerden este momento en que unieron sus manos y sus vidas para que los ayude a esquivar cualquier situaciĂ³n difĂ­cil. Les dice que sus padres desean tener su aceptaciĂ³n y apoyo, por lo que en ese momento les pide que expresen su aceptaciĂ³n delante de todos.

La ceremonia del “MedallĂ³n Familiar”, es otra opciĂ³n. Es un atractivo collar con un medallĂ³n que se le da a cada uno de los niños de ambos contrayentes durante la ceremonia de la boda, y constituye el sĂ­mbolo de demostraciĂ³n de sus padres y las parejas de sus padres de su sincera intenciĂ³n de ser fieles y confiables para todos los niños que traen a vivir juntos por el nuevo matrimonio, asĂ­ como para los que estĂ©n por nacer producto de esta misma uniĂ³n.

El medallĂ³n tiene tres cĂ­rculos; dos que representan la uniĂ³n del matrimonio y un tercero que simboliza la importancia de los niños dentro del matrimonio. Debido a que el “MedallĂ³n Familiar” representa el amor de la familia de la misma manera que el anillo simboliza el amor conyugal, es un sĂ­mbolo universal para identificar las relaciones familiares.

Este corto ritual se lleva a cabo enseguida de que la pareja ha hecho su juramento o promesas de uniĂ³n entre sĂ­, y los niños son llamados para que brevemente la pareja coloque un medallĂ³n alrededor del cuello de cada uno de sus hijos, mientras que les prometen amarlos y apoyarlos en todos los momentos de sus vidas.

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