Los cruceros ofrecen puestos de trabajo con sueldos que van de los 900 a los 4.000 euros, pero con jornadas laborales de más de 12 horas todos los días de la semana
Camareros, limpiadores, administrativos, vendedores, guías de turismo, animadores, peluqueros, masajistas, entrenadores físicos… La oferta es interminable. Los cruceros de lujo disponen de un amplio abanico de empleos para las personas que deseen pasar varios meses en alta mar. Estos barcos, que transportan entre 1.000 y 4.000 pasajeros, dependiendo de la compañía, son pequeñas ciudades de ocio en donde se intenta complacer al máximo a los turistas, de ahí el alto número de trabajadores que las compañías de cruceros contratan por temporada. Los salarios de los trabajadores “flotantes” se posicionan cerca de los 900 euros y ascienden hasta los 4.000 euros mensuales, en algunos casos con propinas que incrementan el sueldo en un 50%. Pero no se trata de un paraíso. Lidiar con excursionistas durante seis meses puede resultar agotador y los requisitos, además de poseer ‘don de gentes’, obligan a saber idiomas -sobre todo inglés-, y a tener la energía suficiente como para soportar jornadas de trabajo que pueden llegar hasta las 14 horas los siete días de la semana.
Sueldo y condiciones
Tal vez lo que hace más interesante el trabajo en un crucero de lujo -además de la posibilidad de viajar- es que los empleados no gastan ni un céntimo de euro. Es decir, que el sueldo es una ganancia neta, puesto que la comida y el alojamiento están incluidos al margen de la remuneración, también las salidas nocturnas, dentro del barco y siempre en una zona especial para tripulantes. Además, los pasajeros suelen dejar propinas por los servicios adquiridos dentro del barco que rondan el 15% del total del gasto y que incrementa el sueldo de los trabajadores. De esta manera, los empleados cobran una mensualidad fija, más una parte variable que se nutre de los ‘agradecimientos en metálico’ de los turistas. En otros casos este incremento se produce gracias a comisiones derivadas de la venta de excursiones o productos dentro del navío. Claro que no todos los puestos de trabajo tienen estos beneficios. Todo depende de la posición que se ocupe: es más probable que un camarero o un animador reciba más propinas que otros empleados que no tratan directamente con el público.
La organización
La jornada laboral de estos trabajadores comienza temprano -salvo para los empleados nocturnos-, generalmente a las cinco o seis de la mañana, que es cuando el barco atraca en el puerto. Todos ellos se alojan en camarotes que, dependiendo de la categoría, no miden más de unos pocos metros cuadrados. Generalmente son compartidos y, en algunos casos -y según el tamaño del barco-, poseen lavabos privados. Las compañías mantienen normas estrictas con respecto al orden y limpieza de las habitaciones, así como al consumo de alcohol y de tabaco, restringido a lugares y horarios determinados del día. Ahora bien, aunque el horario de trabajo está delimitado claramente, pueden ser requeridos para incorporarse a sus labores si surge alguna urgencia, incluso si se encuentran en sus horas libres, sin que este tiempo extra sea finalmente remunerado como tal. Además, la supervisión del trabajo es constante y las exigencias de calidad y de buen trato con los pasajeros es prioritaria.
Via: Consumer.es Imagen: Bob Jagendorf Autor: LUCÍA F. GOROSITO
