Es esencial que los niños coman todo tipo de alimentos para que puedan beneficiarse de todos los nutrientes.
Las frutas y las verduras tienen altas cantidades de nutrientes y pocas calorías, por lo que son esenciales en una dieta equilibrada y no hay necesidad de tener que añadir otros alimentos que lo único que aportan son grasas.
¿Pero cómo conseguimos que nuestros hijos coman frutas y verduras?
A continuación te damos algunos trucos para conseguir que tu hijo/a no deje ninguna verdura en el plato.
Comienza temprano. Si desde pequeño el niño crece alimentándose de frutas y verduras, también los seguirá comiendo cuando sea adulto. Cada verdura y cada fruta tiene un tipo de sabor diferente, por lo que si el niño experimenta estos sabores desde muy pequeño, será más probable que los siga aceptando en su dieta cuando crezca.
Ofréceselos crudos. Especialistas en nutrición opinan que los niños prefieren las verduras crudas, ya que al cocinarlas el sabor cambia y se hace más fuerte, por lo que puede no gustarle al niño. Por supuesto si el niño tiene menos de 2 años habrá verduras que no pueda comer crudas por el riesgo de poder atragantarse, pero a los niños más grandes les gusta morder alimentos crujientes.
Salsas para mojar. Siempre y cuando la salsa sea sana, no hay razón por la que un niño no pueda mojar sus verduras y frutas en algún tipo de salsa. Para las verduras puedes probar con crema de queso bajo en grasas, crema de cacahuete o aliño para ensalada. Para las frutas elige yogures, queso blanco mezclado con algún tipo de fruta triturada, compota de manzana o pera.
¡Diviértete con la comida! A los niños les encanta cualquier comida que sea entretenida. Se creativo/a y convierte un plato de verduras en algo divertido. Puedes crear caras o formas con la comida o puedes ponerles otro nombre, como por ejemplo llamar “árbol” al brécol o “monedas” a las rodajas de pepino y plátano. Una rodaja de mandarina o manzana puede ser la luna o un barco que flota en una sopa. Si no se te ocurren muchas ideas para hacer creaciones con la comida, puedes consultar en libros o Internet.
Inténtalo una y otra vez. La palabra favorita de cualquier niño es “no”, pero simplemente porque él dice que no le gusta, no significa que no debas servírselo. Es importante seguir intentándolo con un margen de tiempo. Estudios han demostrado que puede llevar hasta 10 intentos antes de que el niño acepte un alimento.
Sé un buen ejemplo. Anima a tu hijo/a a comer mientras tú te sirves a ti mismo/a un plato de verduras con entusiasmo. Si el niño ve que tu no comes verduras, el tampoco querrá hacerlo. Y recuerda, ¡también es importante para tu salud!
Via: http://www.entrechiquitines.com/
