En ocasiones, los carpinteros tenemos que recurrir al ingenio para resolver situaciones con elementos que tenemos a mano, y sí, también reciclamos, siempre he dicho que con dinero todo se puede hacer, y sin él pero con ingenio también.
A más de uno le habrá pasado que tiene que apretar un módulo o algo de mayor tamaño que la medida que tiene una prensa o sargento, y la medida no nos alcanza, a mi me pasó hace poco, tenía que prensar 105 cm y la prensa solo daba hasta 100 cm, me fuí volando hasta una ferretería, luego a otra y nada.
Pues bien, para salvar la situación, corté la lanza de la que tenía y le soldé una pieza a modo de alargue, tal como puede verse en las fotos “A y B”. Este trabajo debe ser hecho por alguien que sepa bien lo que está haciendo, tengamos en cuenta que al apretar son muchos los kilos de presión que tenemos, y si no es firme la soldadura podría partir y causar lesiones.
Hay ocasiones en las que tenemos que pulir alguna pieza y ponemos fijaciones inseguras, y desde luego peligrosas.
En la foto “C” podemos ver que con un simple taco de madera y la empuñadura que traen de serie todos los taladros (sí, esa que siempre terminamos guardando en el cajon de las cosas inútiles), lo único que tenemos que hacer es reemplazar el tornillo original por una varilla roscada que atraviese la empuñadura y el taco de madera, luego fijamos éste a una mesa o banco con un sargento y ya tenemos una pulidora segura.
Mi último truco es para resolver un problema que hay con las brocas de corona cuando tenemos que hacer un agujero con ella en DM o madera.
El problema es que se embota enseguida, es decir, se pega el mismo polvo del corte en los dientes, y además de no avanzar, se calienta hasta el extremo de producir quemaduras si la tocamos.
Para resolver este problema hay algo muy sencillo (como todo en la vida cuando se sabe) que podemos hacer, solo necesitamos un pequeño cepillo con “pelos” de acero o algo aún mas económico, un simple trocito de madera blanda.
Cada vez que sentimos que la corona se embota, la sacamos hasta que los dientes queden fuera de la pieza, y manteniéndola girando le arrimamos el cepillo o la madera hasta que los dientes quedan libres. Repetiremos esta operación hasta que hayamos perforado la pieza, de este modo tan sencillo habremos logrado no sobrecalentar la broca ni forzar el taladro.
Un detalle importante cuando se trabaje con este tipo de herramienta, asegurarnos de no apretar accidentalmente el bloqueo del interruptor del taladro, ya que eso nos arrancará éste de las manos, produciendo accidentes graves.
Como siempre, antes de realizar cualquier operación con herramientas, da igual si es eléctrica o manual, protección adecuada, extremar la precaución y sobre todo: NADA DE NIÑOS ALREDEDOR, el bricolage debe ser para disfrutar con lo que hacemos.
Autor: Juan Miguel Granados Rubio
Artesanía Almería – http://www.artesanialmeria.es
