Cuando se ejerce de anfitrión, optar por una cena fría en casa tiene múltiples ventajas.
Se puede preparar con mayor antelación y no disponer de sillas para todos los comensales, deja de ser un problema. Es una forma de que todos los invitados se relacionen más entre sí, y de demostrar sus dotes culinarias con la cantidad de platos que se pueden hacer.
El buffet o cena fría es una manera de reunión agradable y algo menos engorrosa que organizar en casa una cena. Además, optar por esta fórmula, no implica la exclusión total de alimentos calientes. Eso sí conviene que no haya que estar pendiente de la cocina en el último momento.
”La inclusión de la comida caliente depende en parte de cuan sustanciosa deba ser la selección. Cuando sirvo comida caliente, suele ser del tipo que se hornea, y se sirve directamente del horno, como los pastelillos de hojaldre o los hongos rellenos con pesto,” apunta en uno de sus libros Martha Rose Shulman, una especialista en este tipo de celebraciones.
Un menú sugerente
En cuanto al tipo de alimentos más recomendados, esta experta tiene su especial punto de vista. “Hoy nuestros menús son livianos, coloridos y eclécticos, con fuertes sabores étnicos”.
Al lado de las tradicionales bombas, las quiches saladas y las terrinas, es probable que nuestra mesa incluya una bruschetta italiana –pan de campo tostado con aceite de oliva y ajo- con una variedad de robustos acompañamientos de verdura. Completarán el menú triángulos de masa de Medio Oriente rellenos con espinacas y queso feta, pequeños blini de trigo sarraceno con salmón ahumado o gravadlax, y arrolladitos primavera de jengibre rellenos de camarones y cilantro.
Rose Shulman hace hincapié en el acento que los buffets ponen hoy en día en ofrecer una comida sana hecha con productos frescos. Si antes los pequeños bocadillos que se servían solían rellenar con elementos de alto contenido graso y calórico, como nueces y queso o papas fritas; hoy se opta por sugerencias más livianas. Aunque también se incluyen platos ricos en proteínas –las terrinas, los patés y el pescado, por ejemplo- la mayoría de las recetas se basa en verduras, pescados de poco contenido graso, aves y carne magra.
Planificar el tiempo
A la hora de planificar el menú que va a presentar lo prioritario es considerar el tiempo de que dispone y la cantidad de ayuda que necesitará. Si cree que ambas cosas van a escasear no se líe con presentaciones que le lleven mucho tiempo.
Una buena idea es que elija platos que pueda hacer con antelación y congelar. Sirva fuentes de verduras crudas con dips (distintos tipos de salsas); la mayoría de las verduras pueden cortarse con antelación y mantenerse en la nevera durante la noche. También es recomendable mezclar platos fríos y calientes; de este modo, todos quedarán satisfechos.
Si el menú es importante, la presentación no lo es menos. A la hora de arreglar la mesa, ésta debe lucir colorida y atrayente. Por eso es importante usar fuentes, platos, canastas y recipientes atractivos para presentar la comida, y es mejor que prepare guarniciones que tienen por naturaleza un color brillante. Para decorar puede usar ramitas de hierbas frescas, tomates pequeños o gajos de limón o lima.
Cuidar los detalles
Si el espacio del que dispone es limitado, opte por pasar entre los invitados platos más pequeños con algunos alimentos.
Si quiere que su cena sea un éxito además de la buena elección de los platos, la colocación en la mesa y la organización en sí del evento, no puede descuidar los más mínimos detalles, como por ejemplo, algo tan sencillo como rellenar las fuentes que se vayan consumiendo. Los reemplazos se traen en platos más pequeños. Y no olvide retirar con regularidad las botellas vacías, los platos de papel y los ceniceros sucios.
